Carmen García es una de las socias de ENDOMadrid que ha participado en el Programa MIAS para formar Mujeres Informadoras como Agentes de Salud. Este programa es promovido por Fundadeps y cuenta con un bloque teórico y un bloque práctico. Para completar esta acción formativa, Carmen ha decidido colaborar con nuestro blog con un post que reproducimos a continuación que expresa su visión sobre el dolor en el coito (dispareunia) y la esterilidad que padecen algunas afectadas de endometriosis.

La endometriosis es una enfermedad crónica que afecta a las mujeres donde células similares a las que forman el endometrio que recubre el útero crecen fuera de este en lugares diferentes al que les corresponde como ovarios, trompas de Falopio, vejiga, intestinos, etc. Por ello, creo que es importante hablar de la sexualidad, ya que esta se va a ver comprometida por la enfermedad en lo que se refiere a dos aspectos muy comunes entre las afectadas: el dolor en el coito y la esterilidad.

En referencia al dolor que sufre la mujer en el coito, si la pareja o un miembro de la pareja concibe la penetración como la única práctica sexual y esta se ve disminuida por el dolor que sufre la mujer, puede ocurrir que uno de los miembros de la pareja o incluso ambos sientan frustración.

Por ello, tiene que haber una buena comunicación dentro de la pareja. Hay que hacer un esfuerzo por entender lo que le pasa a la afectada y conocer otras prácticas sexuales en las que se puede disfrutar también. No todo es penetración.

El coito tendría que ser como el fin último al que hay que llegar a través de un camino que se ha de recorrer, disfrutando de él en todo momento con  caricias, besos, masajes, ducha erótica, masturbación, etc.

Por otro lado, habría que elegir los días en que la afectada tiene menos dolor, ya que si se da, la persona va a tener más ansiedad al pensar que le va a doler más y entrará en un círculo vicioso de dolor, ansiedad y evitación. En este caso, una opción podría ser acudir a terapia de pareja y usar técnicas de relajación.

En segundo lugar, la esterilidad que se da en algunas mujeres a causa de a la enfermedad también afecta a la vida sexual de la pareja si desean tener hijos. Por todo ello, la pareja necesita un tiempo para asimilar todo lo que supone esta enfermedad y, cuando hayan llegado a aceptarla, se pueden plantear otras alternativas como la ovodonación, la adopción o no tener hijos.

Como conclusión, lo más importante es la comunicación y la comprensión dentro de la pareja, ya que la calidad de vida de la enferma como principal afectada se ve muy mermada en este y otros ámbitos. Puede ser interesante que acudan a grupos de ayuda mutua y participen de forma activa en las asociaciones de afectadas, porque se piensa que pueden ten un impacto positivo en la relación.